martes, 10 de mayo de 2016

TIEMPO FUERA (TIME OUT)


Es una estrategia de manejo de disciplina, generalmente usada para el área infantil. La característica principal que define esta técnica es retirar al niño (o adulto) del privilegio de obtener reforzamiento, debio a un mal comportamiento. Cuando es empleada en niños, generalmente se utiliza el tiempo midiendo por cada año de vida un minuto. 

Está basada en los principios de MODIFICACIÓN DE CONDUCTA. Con el Tiempo Fuera aplicamos un ENTRENAMIENTO DE OMISIÓN (le quitamos algo que le gusta) al privar al niño de todo tipo de reforzador que podía recibir en su contexto, aislándolo durante un periodo breve de tiempo cuando ha realizado una conducta que deseamos eliminar.

Un ejemplo de esta técnica, sería que, ante un comportamiento agresivo de un niño para quitarle el juguete a un compañero, lo llevaremos al pasillo y lo dejaremos ahí, quieto y sin poder hacer nada. Esta técnica ha de ser explicada previamente al niño; se le ha de decir, desapasionadamente (para que no obtenga el reforzador de la atención) que su comportamiento no ha estado bien, y que le vamos a dejar fuera para que piense en lo que ha hecho.

El objetivo principal de esta técnica es que el niño aprenda a controlar sus emociones. 

ORIENTACIONES A TOMAR EN CUENTA

1- El sitio al que lo retiremos temporalmente debe ser un sitio en el que no tenga al alcance juegos u otras compañías para entretenerse. No se trata de buscarle un sitio hostil sino un sitio que sea aburrido con escasas posibilidades de que pueda hacer algo para pasar el tiempo.
 

2- Debemos trasladarlo inmediatamente después de aparecer la conducta o en el momento que ha llegado a un punto insostenible (por ejemplo, discusión entre hermanos que llega a un punto de descontrol).
 
3- No discuta con él, no entre en recriminaciones ni calificativos despectivos como: "Eres muy malo y te voy a castigar" o "Me tienes harta, no tienes remedio... " Sí puede explicarle, con un tono calmado pero seguro y imperativo, el motivo de su retirada. Para ello dígaselo concretando su queja "Como has pegado a tu hermanito no vas a poder jugar con él". Haga caso omiso de sus protestas o promesas. Recuerde que debe mostrarse enfadada pero no fuera de control. La idea es lanzarle un mensaje muy claro de que ha hecho algo mal y que estamos disgustados con él. Al respecto y de forma muy breve puede también decirle (ajustando el mensaje a la edad del niño) algo así como: "me has decepcionado tanto que, en estos momentos no quiero estar contigo. Me siento muy triste".  

5- El tiempo de aislamiento normalmente se calcula en base a un minuto por año del niño con un máximo de 20 minutos. Sin embargo, esto debe ser valorado por los padres. No se aconsejan tiempos más largos ya que pueden producir la conducta contraria a la que queremos eliminar.

6- Si cuando lo vamos a buscar nos vuelve a regalar con conductas inadecuadas, hay que advertirle que si quiere salir deberá estar al menos 15 segundos sin efectuarlas. Manténgase firme en la decisión. Si pasa la prueba es muy posible que los episodios remitan, si cede aumentarán con toda probabilidad.

7- En el caso de que haya provocado desperfectos en el interior del habitáculo (ha desordenado o roto alguna cosa) deberá reponerlo o corregirlo con alguna acción antes de salir.

8- Debemos tener cuidado que esta retirada física no comporte algún tipo de beneficio indirecto al niño. Por ejemplo si el niño consigue dejar de estudiar o evitarse comer algo que no le gusta, lo que haríamos es reforzar la conducta inadecuada.
Ésta técnica suele ser muy efectiva si se utiliza adecuadamente y con decisión. La efectividad de la técnica, independientemente de que le estamos retirando la atención, es que estamos despertando, contingentemente con la aparición de las conductas no deseadas, uno de los "fantasmas infantiles" más presentes en la etapa infantil: la ansiedad de separación. Aunque el niño tenga suficiente edad para saber que no será abandonado realmente, el hecho de hacerle revivir esta ansiedad puede dispararle interiormente ciertas alarmas. Lo que ahora puede temer no es la separación física sino la emotiva. De tal forma que el niño corregirá su conducta actual y futura no por las razones de los padres sino por las suyas (temor a perder el respaldo emocional de los padres).

-Como en todas las técnicas basadas en la retirada de atención, recuerde que deben introducirse momentos de atención hacia el niño contingentemente a la aparición de conductas deseadas. El refuerzo verbal y físico (halagos, abrazos, manifestación de alegría, entrega de algún premio, etc.).




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