TIEMPO FUERA (TIME OUT)
Es una estrategia de manejo de disciplina, generalmente usada para el área infantil. La característica principal que define esta técnica es retirar al niño (o adulto) del privilegio de obtener reforzamiento, debio a un mal comportamiento. Cuando es empleada en niños, generalmente se utiliza el tiempo midiendo por cada año de vida un minuto.
Está basada en los principios de MODIFICACIÓN DE CONDUCTA. Con el Tiempo Fuera aplicamos un ENTRENAMIENTO DE OMISIÓN
(le quitamos algo que le gusta) al privar al niño de todo tipo de
reforzador que podía recibir en su contexto, aislándolo durante un
periodo breve de tiempo cuando ha realizado una
conducta que deseamos eliminar.
Un ejemplo de esta técnica, sería que, ante un comportamiento agresivo
de un niño para quitarle el juguete a un compañero, lo llevaremos al
pasillo y lo dejaremos ahí, quieto y sin poder hacer nada. Esta técnica
ha de ser explicada previamente al niño; se le ha de decir,
desapasionadamente (para que no obtenga el reforzador de la atención) que su comportamiento no ha estado bien, y que le vamos a dejar fuera para que piense en lo que ha hecho.
El objetivo principal de esta técnica es que el niño aprenda a controlar sus emociones.
ORIENTACIONES A TOMAR EN CUENTA
1- El sitio al que lo retiremos temporalmente debe ser un sitio en el
que no tenga al alcance juegos u otras compañías para entretenerse. No
se trata de buscarle un sitio hostil sino un sitio que sea aburrido con
escasas posibilidades de que pueda hacer algo para pasar el tiempo.
2- Debemos trasladarlo inmediatamente después de aparecer la conducta o en el momento que ha llegado a un punto insostenible (por ejemplo, discusión entre hermanos que llega a un punto de descontrol).
3- No discuta con él, no entre en recriminaciones ni calificativos
despectivos como: "Eres muy malo y te voy a castigar" o "Me tienes
harta, no tienes remedio... " Sí puede explicarle, con un tono calmado
pero seguro y imperativo, el motivo de su retirada. Para ello dígaselo
concretando su queja "Como has pegado a tu hermanito no vas a poder
jugar con él". Haga caso omiso de sus protestas o promesas. Recuerde que
debe mostrarse enfadada pero no fuera de control. La idea es lanzarle
un mensaje muy claro de que ha hecho algo mal y que estamos disgustados
con él. Al respecto y de forma muy breve puede también decirle
(ajustando el mensaje a la edad del niño) algo así como: "me has
decepcionado tanto que, en estos momentos no quiero estar contigo. Me
siento muy triste".
5- El tiempo de aislamiento normalmente se calcula en base a un minuto
por año del niño con un máximo de 20 minutos. Sin embargo, esto debe ser
valorado por los padres. No se aconsejan tiempos más largos ya que
pueden producir la conducta contraria a la que queremos eliminar.
6- Si cuando lo vamos a buscar nos vuelve a regalar con conductas inadecuadas, hay que advertirle que si quiere salir deberá estar al menos 15 segundos sin efectuarlas. Manténgase firme en la decisión. Si pasa la prueba es muy posible que los episodios remitan, si cede aumentarán con toda probabilidad.
7- En el caso de que haya provocado desperfectos en el interior del habitáculo (ha desordenado o roto alguna cosa) deberá reponerlo o corregirlo con alguna acción antes de salir.
8- Debemos tener cuidado que esta retirada física no comporte algún tipo de beneficio indirecto al niño. Por ejemplo si el niño consigue dejar de estudiar o evitarse comer algo que no le gusta, lo que haríamos es reforzar la conducta inadecuada.
Ésta técnica suele ser muy efectiva si se utiliza adecuadamente y con decisión. La efectividad de la técnica, independientemente de que le estamos retirando la atención, es que estamos despertando, contingentemente con la aparición de las conductas no deseadas, uno de los "fantasmas infantiles" más presentes en la etapa infantil: la ansiedad de separación. Aunque el niño tenga suficiente edad para saber que no será abandonado realmente, el hecho de hacerle revivir esta ansiedad puede dispararle interiormente ciertas alarmas. Lo que ahora puede temer no es la separación física sino la emotiva. De tal forma que el niño corregirá su conducta actual y futura no por las razones de los padres sino por las suyas (temor a perder el respaldo emocional de los padres).
-Como en todas las técnicas basadas en la retirada de atención, recuerde que deben introducirse momentos de atención hacia el niño contingentemente a la aparición de conductas deseadas. El refuerzo verbal y físico (halagos, abrazos, manifestación de alegría, entrega de algún premio, etc.).
6- Si cuando lo vamos a buscar nos vuelve a regalar con conductas inadecuadas, hay que advertirle que si quiere salir deberá estar al menos 15 segundos sin efectuarlas. Manténgase firme en la decisión. Si pasa la prueba es muy posible que los episodios remitan, si cede aumentarán con toda probabilidad.
7- En el caso de que haya provocado desperfectos en el interior del habitáculo (ha desordenado o roto alguna cosa) deberá reponerlo o corregirlo con alguna acción antes de salir.
8- Debemos tener cuidado que esta retirada física no comporte algún tipo de beneficio indirecto al niño. Por ejemplo si el niño consigue dejar de estudiar o evitarse comer algo que no le gusta, lo que haríamos es reforzar la conducta inadecuada.
Ésta técnica suele ser muy efectiva si se utiliza adecuadamente y con decisión. La efectividad de la técnica, independientemente de que le estamos retirando la atención, es que estamos despertando, contingentemente con la aparición de las conductas no deseadas, uno de los "fantasmas infantiles" más presentes en la etapa infantil: la ansiedad de separación. Aunque el niño tenga suficiente edad para saber que no será abandonado realmente, el hecho de hacerle revivir esta ansiedad puede dispararle interiormente ciertas alarmas. Lo que ahora puede temer no es la separación física sino la emotiva. De tal forma que el niño corregirá su conducta actual y futura no por las razones de los padres sino por las suyas (temor a perder el respaldo emocional de los padres).
-Como en todas las técnicas basadas en la retirada de atención, recuerde que deben introducirse momentos de atención hacia el niño contingentemente a la aparición de conductas deseadas. El refuerzo verbal y físico (halagos, abrazos, manifestación de alegría, entrega de algún premio, etc.).